lunes, 11 de diciembre de 2017

Una chapa y una lápida.


El profesor Pablo Muñoz, de Zarza Capilla, nos comentó hace años la aparición de una chapa con un texto clavada al tronco de una encina en un paraje cercano al vértice de "La Cabezuela". Según le había contado un amigo suyo, éste pudo presenciar cómo un señor mayor acompañado por miembros de su familia dejó depositada dicha chapa en aquel paraje. Esta familia provenía de una ciudad de Levante y el promotor del viaje había sido el anciano. Su único propósito era dejar constancia de un suceso que ocurrió en ese mismo paraje hacía más de 70 años.
El texto que depositó dice lo siguiente:

"EL DÍA 14 DE OCTUBRE DE 1938 MURIERO SOBRE ESTAS PAREDES  1 CAPITÁN DOS TENIETE 5 SARJENTO 141 SOLDADOS DE LA 4ª COMPAÑIA  3 BATALLON  127 BRIGADA  28 DIVISION , DE UNA EDAD DE 19 A 25 AÑOS TODOS SIN CULPA NINGUNA. LO ESCRIBE UN SUPERVIVIENTE RENDIENDO UN OMENAJE POR LOS QUE MURIERON SIN CULPA
                                                           M P T"


Los combates sobre esta zona del frente se remontan a las operaciones de septiembre a noviembre de 1938. Para el mes de octubre de 1938 aún había escaramuzas por los parajes que rodean al vértice "La Cabezuela". De hecho las personas mayores de las localidades cercanas, sobre todo de Cabeza del Buey y Zarza Capilla, bautizaron este topónimo con el de "Cerro de los muertos". La proximidad de la carretera y su localización dominante provocaron que tanto franquistas como republicanos pugnaran durante meses por el control de dicho enclave. Finalmente los franquistas fijaron sobre la falda noroeste y noreste de "La Cabezuela" su primera línea de frente que permaneció así hasta el final de la Guerra.


A menos de 80 kilómetros está la localidad de Campillo de Llerena. A la entrada del pueblo está el llamado Cementerio de los Italianos construido por el ejército rebelde con motivo de la batalla de Argallén en junio de 1937. A partir de su construcción y durante el trascurso de la Guerra fueron enterrados otros combatientes franquistas provenientes de otras zonas del Frente Extremeño. Entre las lápidas existentes hay una donde figura el nombre de un alférez provisional muerto en el "vértice de la Cabezuela".  
Una chapa y una lápida marcan el distinto signo del resultado de la Guerra: los vencidos y el vencedor. La muerte fue para todos igual, muy diferente es la "memoria" que de unos y otros se ha llegado a construir.